Lectura - Tiempo de Odio (Saga de Geralt de Rivia IV)


Tiempo de Odio (1995) es el cuarto libro de la saga de Geralt de Rivia, del autor polaco Andrzej Sapkowski. La saga está actualmente de moda porque ha sido adaptada como videojuego bajo los títulos de The Witcher y su secuela The Witcher 2. En castellano: el Brujo, que es el protagonista de la historia. Al menos de los primeros libros, que yo recuerdo con especial cariño, quizás deslumbraban más sus conversaciones y su magia que la vertiginosa carrera por crear una historia épica que ha ido dominando a la serie después.

El gran atractivo de esta saga, para mí, no es ser una adaptación diferente del mundo fantástico que Tolkien pusiera de moda (con elfos y magos y caballeros), sino su lenguaje, y cómo ha sido adaptado a la versión castellana con la traducción de Jose María Faraldo. Los hideputa, rapaz o pillastre son solo las coletillas. Muchos de los personajes tienen hablares peculiares, entre lo popular y lo arcaizante, que te retrotraen al Quijote y que le dan ese toque de fantasía medieval que otros autores simplemente olvidan, volcándose en un lenguaje más correcto, aunque igualmente soez (se me ocurren por ejemplo, las vulgaridades de G.R.R. Martin, quien al menos en la traducción española, mantiene siempre un dialecto castellano completamente neutro).

En esta cuarta entrega, Geralt se reencuentra con Yennefer, la hechicera de sus ojos, y la pequeña Niña de la Sorpresa, Hija de la Vieja Sangre, y sobre quien gira realmente todo el argumento de la saga: Cirilla de Cintra. La pequeña Ciri, que, destinada a grandes cosas, había sido entrenada primero como bruja al cuidado de Geralt, y después como hechicera bajo el cuidado de Yennefer. 

Pero el Tiempo de Odio es ante todo un relato de la guerra. De la gran guerra que sacude el mundo de Thulcandra. El Imperio Nilfgardiaano continua su avance, mientras que el resto de reinos firman pactos y los rompen, a la vez que los Elfos, parias sin tierra, organizan escaramuzas contra todos ellos. Y el plato fuerte, por supuesto, son las intrigas de los Hechiceros, donde Geralt sufre su mayor golpe.

Pero el tramo final de la novela pertenece única y exclusivamente a Ciri, perdida muy lejos de quienes le han enseñado, e iniciando su propio viaje, un viaje en el que conocerá el Tiempo de Odio. 

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